Villarejo actuó como espía en el Caso Astapa de Estepona sin ningún tipo de control judicial

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  • El comisario afirmó que recomendó a Diego de Lucas para la Gerencia de urbanismo de Estepona.
  • Villarejo aseguró que el caso estalló por razones políticas.
  • Reveló que mantuvo varias reuniones con David Valadez.

Hace unos días el afamado comisario Villarejo declaró como testigo ante la Audiencia Provincial de Málaga donde se está celebrando el juicio sobre el caso Astapa, caso que se inició allá por el año 2006, es decir, hace ya nada más y nada menos que 17 años— tras la denuncia presentada por David Valadez y otra concejala en la sede central de la UDEF en Madrid—.  Esta causa ha  batido el récord de lentitud en la historia judicial española y supone, de facto, la quiebra de nuestro estado de derecho.

En cualquier caso hay que recordar que aunque el comisario Villarejo  no esté imputado en este procedimiento, su figura ha sobrevolado este caso desde bastante tiempo, debido a las innumerables informaciones que se han publicado en todos los medios de comunicación sobre el papel que desempeñó el comisario en la operación Astapa; sus vinculaciones con el ex alcalde socialista del municipio, David Valadez, y sus intereses en el urbanismo de nuestra localidad, donde se encuentra la mayor parte de su enorme patrimonio.

Pues bien, durante su declaración como testigo, que realizó por video-conferencia, el comisario corroboró su participación en  la operación astapa, indicando al respecto que realizó trabajos de inteligencia durante meses, pero después de estallar el caso—cuando el mismo ya estaba judicializado—y que actuó siempre como “agente encubierto”. Igualmente reveló que esos trabajos consistían en introducirse en los ambientes, captar información y realizar notas de inteligencia que transmitía a sus superiores, entre los que figuraba José Luis Olivera, que era jefe de la UDEF. También reveló que mantuvo alguna ocasión reuniones con el equipo de la UDEF que llevaba la investigación del caso. Del mismo modo dijo que las sociedades y empresas de las que era titular le servían de cobertura para realizar sus trabajos y que la actividad de estas empresas, varias de ellas con intereses urbanísticos e inmobiliarios en nuestro municipio, le permitió obtener información. Sobre esta cuestión hay que resaltar que, según ha podido comprobar esta redacción, Villarejo no figura oficialmente como investigador en este caso, ya que no consta en ninguno de los oficios e  informes policiales que se emitieron y que se enviaron al juzgado. Tampoco sus notas informativas figuran en el procedimiento. Por tanto, todo el trabajo que llevó a cabo durante meses estuvo al margen del control judicial.

Igualmente, el comisario Villarejo confirmó que fue él quien recomendó a Diego de Lucas para ocupar la plaza de gerente de Urbanismo de Estepona, una vez detonada la Operación Astapa. Así, reveló que él se lo propuso a José Luis Olivera, entonces comisario de la UDEF al mando de la operación, y que este a su vez se lo recomendó a David Valadez. Además, Villarejo reconoció que Diego de Lucas estuvo viviendo en una casa que el comisario tenía en Estepona y que no le cobró el alquiler. Sobre esta cuestión hay que recordar, en primer lugar, que el propio Diego de Lucas decía a todo el que quisiera escucharle, cuando ocupaba el puesto de gerente de urbanismo en Estepona, que él era un hombre del Ministerio del Interior, y en segundo lugar, hay que resaltar que cuando el propio Diego de Lucas declaró en la Audiencia de Málaga unos días antes de que lo hiciera Villarejo, reveló  que Villarejo fue el artífice de que él fuese Gerente de urbanismo. A este respecto indicó que mientras ocupó ese puesto se reunió muchas veces con Villarejo y le proporcionó la información que le pedía, incluida información sobre asuntos urbanísticos. Diego de Lucas también reconoció que fue varias veces a la sede de la UDEF en Madrid para dar información sobre este caso, sin que conste que informase de esa actividad al juzgado.

Por otra parte, Villarejo también afirmó que se reunió con David Valadez varias veces, después de que fuese alcalde, porque al parecer Valadez “tenía problemas religiosos y que el actuaba en esos encuentros como si fuera un psicólogo”. También dijo que en el año 2004 o 2005, lo invitaron a una moraga en el puerto de Estepona y que lo conoció en ese acto. Igualmente reconoció haber tenido reuniones con muchos de los imputados en el caso Astapa, cuando la causa estaba bajo secreto, (cuestión que no está permitida y que supone otra grave irregularidad en la instrucción de este caso), y admitió que trató de convencer a los mandos policiales, entre ellos a Olivera, para que desimputaran a un investigado. Además reconoció que mantuvo reuniones en Madrid y Estepona con empresarios que tenían importantes intereses urbanísticos en nuestra ciudad.

Del mismo modo admitió haber realizado unas importantes inversiones en la promoción del Mirador de la Cala, donde dijo que compró al principio dos o tres inmuebles y poco después seis o siete apartamentos más. A este respecto reveló que la inversión más importante la realizó antes del estallido de la operación astapa. Además, reconoció que al promotor de esta promoción inmobiliaria, Juan Carlos Escribano, lo puso en contacto con la inspectora de la UDEF Silvia Orna, hecho que fue reconocido también por la inspectora cuando declaró como testigo en este juicio. Así la  mencionada inspectora incorporó al caso Astapa, de “motu propio”, sin que hubiese sido requerida por el juez, las declaraciones de Escribano, con el baladí argumento de que “lo consideró oportuno”. Este empresario sería posteriormente detenido en la operación Tándem, por ser el hombre que usó Villarejo para blanquear 20 millones de euros en Estepona.

Del mismo modo Villarejo aseguró que la operación astapa fue una operación política y que fue el resultado de una lucha de poder dentro del Partido Socialista. A este respecto señaló que a la Gerente de urbanismo de Estepona en los tiempos de Barrientos, la Sra. Patricia Rojo, (hija del entonces presidente del Senado, Javier Rojo) y no se le detuvo porque el padre intercedió ante el entonces ministro del interior Alfredo Pérez Rubalcaba. Sobre esta cuestión dijo que era paradójico que no se detuviera a Patricia Rojo, cuando era la la Gerente de urbanismo, y sin embargo  se detuviera a un técnico que estaba bajo las órdenes de ella, al que incluso se le envió a prisión, revelando que ello se debió a que recibió un trato privilegiado y porque se ocultó información sobre ella a la fiscalía y al juzgado.

Por lo demás, el comisario reconoció tener una buena relación con el jefe de la UDEF, José Luis Olivera, desde hacía bastante tiempo y afirmó que todas las anotaciones manuscritas que figuran en sus agendas y que fueron requisadas por la policía (el comisario dijo que no se puede hablar de agendas sino de diarios personales) eran ciertas, ya que él anotaba en sus diarios todo lo que hacía. Así dijo textualmente que “si está anotado en mi diario es porque ocurrió”.