La sostenibilidad es un elemento fundamental implícito en el enoturismo

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Las empresas y los Organismos de Gestión de Destinos desempeñan un papel protagonista en la carrera para frenar el cambio climático, creando soluciones, servicios y productos innovadores en materia de sostenibilidad social y medioambiental, que den respuesta a los retos globales de desarrollo sostenible.

«No pueden existir destinos turísticos inteligentes que no consideren la sostenibilidad, no sólo como un factor diferenciador, sino como un elemento fundamental implícito en la filosofía empresarial y las prácticas cotidianas” apuntan desde la Asociación Española de Enoturismo dentro del marco de la COP25 Chile-Madrid 2019. 

 «La apuesta por la innovación y la economía circular de las empresas enoturísticas es una necesidad«. El concepto de innovación es mucho más amplio que el de avances tecnológicos y aún científicos, y no basta con lograr la innovación únicamente en el campo de la ciencia y la tecnología: la innovación es el resultado final de procesos complejos de Gestión del Conocimiento que comienzan por la generación de ese conocimiento (investigación pura y aplicada) -y su difusión (mediante la formación y la información)-, y que culminan con la transformación de nuestra actividad enoturística, mediante la aplicación del saber a productos y servicios (la innovación propiamente dicha), en los campos socioculturales, económicos y de gobernanza. Para la Asociación Española de Enoturismo «Se trata de aumentar la conciencia pública y privada sobre cómo la Economía Circular y la Innovación suponen ventajas competitivas para las empresas, las instituciones y el país en su conjunto

El sector turístico -el enoturismo lo es-, se ha dado cuenta de que el patrimonio alimentario es identificado como un recurso útil que puede ser explotado como caracterizador de la gastronomía de un territorio concreto.

En palabras de Rafael Ansón, Vicepresidente de Honor de la AEE, presidente de la Real Academia de Gastronomía y Embajador de la OMT para el Turismo Responsable, “la gastronomía hoy día es usada como un instrumento para el desarrollo social y local, tanto por administraciones públicas como por entidades privadas. 

El turismo cultural-gastronómico -el enoturismo lo es-, se sirve del paisaje para obtener la materia prima que pondrá encima de la mesa. Siguen vigentes preocupaciones tales como si el impacto turístico amenaza la agricultura y la sostenibilidad ambiental, qué beneficios es capaz de aportar al conjunto de la comunidad o si la modificación del paisaje altera los parajes naturales. 

Retos, a los que el sector enoturístico debe dar respuesta si quiere ser sostenible, centrando el enfoque de la discusión en la búsqueda constante de equilibrio en los siguientes procesos: 

a) entre el patrimonio y la innovación,b) entre las partes interesadas: autonomía de los proveedores y su participación en las políticas existentes”.

Concluye la AEE «defendemos que ​sólo así será posible conseguir responder a las necesidades y expectativas en cuanto a gobernanza, desarrollo, y sostenibilidad social y medio ambiental se refiere.»