España se prepara ante unos incendios forestales cada vez más intensos y agresivos

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El cambio climático hace que el riesgo de incendios sea cada año más elevado y agrava la tipología de estos fenómenos, lo que hace más importante la prevención y más difícil la extinción, según explica Ramón María Bosch, coordinador del Comité Defensa contra Incendios Forestales de TECNIFUEGO, la Asociación Española de Sociedades de Protección contra Incendios. “Si a ello le sumamos que este año está siendo bastante seco, el riesgo de incendio será muy alto, por lo que debemos extremar todas las precauciones”.

Para Pedro Alfonso Buldón, instructor y docente de Formación Profesional en Emergencias y Protección Civil, especialista en incendios forestales y agente forestal, la sequía también es uno de los elementos importantes, tanto en la prevención como la extinción de incendios forestales, y uno de los efectos del cambio climático. “Afecta directamente a la vegetación, la pone más disponible para que comience a arder, hace que el fuego se propague con rapidez, y que tengamos que emplearnos a fondo para la extinción de muchos de estos incendios”.

Este estrés hídrico que sufre la vegetación se acrecienta con el paso de las olas de calor, lo que entendemos como “saharianas”, masas de aire cálido que entran en la península y permanecen varios días, que junto con el viento propiciará que los incendios sean más difíciles de contener. Según Buldón, “en este momento tenemos una situación algo más favorable que el año pasado, pero no podemos confiarnos ni bajar la guardia, ya que puede cambiar rápidamente según vayamos entrando en el verano, y las campañas son cada año más largas”.

Cómo preparar la temporada

En este nuevo escenario de riesgos agravados, los expertos advierten sobre cómo prepararnos ante la inminente temporada de incendios forestales. Ramón María Bosch (TECNIFUEGO) propone intentar minimizar el riesgo: “por una parte y mientras las autoridades permitan la realización de los trabajos forestales, con la limpieza del monte mediante franjas perimetrales, talas, labranza, pastoreo… aunque a estas alturas la mayor parte de este trabajo ya debería haberse realizado; y, por otra, cuando lleguen las altas temperaturas, minimizando o prohibiendo aquellas actividades forestales que conlleven riesgo de incendio, especialmente durante las horas de máximo calor, como los desbroces, las talas y otras tareas agrícolas”.

Además, aconseja “tener a los equipos de extinción equipados con unas buenas herramientas y en perfecto estado; camiones de bomberos, mangueras contraincendios, lanzas de agua, aeronaves, retardantes…”.

Por su parte, Pedro Alfonso Buldón explica que “es difícil anticiparnos a lo que puede ser esta campaña de incendios”, pero añade que “de momento comienza con el desconfinamiento progresivo de la población y los restos vegetales que nos generó la borrasca Filomena, variables que otros años no teníamos”. Y advierte de que “el hecho de que las ramas estén colgando de los árboles propicia la continuidad necesaria para que un incendio pueda complicarse, pase de matorral a copas en cuestión de minutos”.

A juicio de este experto, “el abandono rural, los efectos del cambio climático y lo que llamamos “La paradoja del fuego” hará que los incendios sean cada vez más agresivos e intensos, los llamados incendios de sexta generación”.

Buldón indica que “en principio podemos esperar un comienzo algo tranquilo. La situación es algo más favorable que el año pasado, hay variables técnicas que así lo indican, pero la cosa empezará a complicarse con la cosecha de los cereales y el avance del verano”. La situación “dependerá de las olas de calor que tengamos y de los posibles episodios excepcionales en cuanto a la meteorología”. De cualquier manera, afirma que “los diferentes dispositivos autonómicos y estatales están preparados, con todos sus recursos disponibles, incluso aumentados en ciertas zonas de especial protección”.