Casi 4 de cada 10 docentes han sido víctimas o testigos de algún acto de odio por LGTBIfobia en el centro donde trabajan

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La Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans, Bisexuales, Intersexuales y más (FELGTBI+) y la Federación Estatal de Enseñanza de CCOO han presentado este martes un informe que revela que casi 4 de cada 10 docentes (36,5%) han sido víctimas o testigos de algún acto de odio por LGTBIfobia en el centro en el que trabajan actualmente. Según los datos, un 12% de las personas que trabajan en enseñanzas regladas no universitarias han sido víctimas, de las cuáles, el 89% son docentes LGTBI+ y el resto, personas aliadas.

El estudio muestra también que, aunque lo más habitual es que la violencia se haya producido un único día (34,6%), en casi un 30% de los casos la situación se ha mantenido durante 100 días o más. Los centros solo han actuado para proteger a la víctima en un 47% de los casos, es decir, en el 53% restante, las personas agredidas no han obtenido apoyo por parte de los equipos directivos. Según los datos, esta ausencia de intervención multiplica por 4 el riesgo de baja laboral por parte de las personas agredidas.

Por otra parte, la investigación desvela que las personas que ejercen la violencia son un 50% alumnado, un 31% personas trabajadoras del centro y un 19% familiares. También expone que casi la mitad del profesorado (47%) que ha sufrido LGTBIfobia no ha denunciado.

Profesionales en situación de desamparo

Según las conclusiones, solo un 18,8% de las personas entrevistadas afirma que en su centro existe un protocolo específico para la protección de profesionales LGTBI+, a pesar de que, tras la aprobación de la Ley LGTBI, es obligatorio.

Además, los datos obtenidos manifiestan que solo 4 de cada 10 miembros del profesorado LGTBI+ se visibilizan ante cualquier persona de su centro y un 21% está completamente en el armario. El miedo a situaciones de odio, acoso, discriminación (74,5%), seguido de miedo a vincularse a fenómenos estereotipados (29%), son los principales motivos señalados para explicar por qué las personas LGTBI+ que se dedican a la enseñanza no son visibles.

Según explica el coordinador de Educación de la Federación Estatal LGTBI+, David Armenteros, “este temor no es infundado. El personal LGTBI+ de los centros educativos no está amparado por procedimientos internos. Los protocolos de protección son testimoniales y escasamente prácticos cuando los datos de violencias que presentamos hoy son verdaderamente preocupantes”.

“Por eso, exigimos a todas las autoridades educativas que en los centros formativos se trabaje para eliminar y cuestionar los discursos de odio, tal y cómo marca la actual legislación. También reclamamos la eliminación de cualquier restricción de la libertad de expresión y de cátedra del personal docente asociada al veto parental, por ser un intento de censurar y perseguir la diversidad, y reclamamos formación continua y obligatoria en diversidad familiar y afectivo-sexual para el profesorado como requisito para obtener la acreditación cómo docentes», reivindica.

Además, la responsable de investigación de la Federación Estatal LGTBI+, María Rodríguez, explica que “tradicionalmente, se ha señalado al alumnado como principal fuente de odio, pero los resultados muestran que la violencia entre iguales existe y provoca situaciones más sutiles y sostenidas en el tiempo. Provocan acoso y estresores cotidianos que, por su dificultad para ser manifestados, son muy difíciles de detectar. Por eso es fundamental que se incluyan medidas para la prevención”.

Por su parte, la secretaria de Mujer, Políticas de Igualdad y LGTBIQ+ de la Federación Estatal de Enseñanza de CCOO, Iria Antuña, defiende que es necesario crear espacios de trabajo seguros y esto es responsabilidad de las empresas y las administraciones. Nuestra labor como organizaciones es dar herramientas a todas las personas para reconocer situaciones de LGTBIfobia y actuar en consecuencia, con todas las garantías.