La exposición temporal ‘Salvador Dalí. Obra Gráfica’ llegó este pasado jueves 11 de agosto a Marbella, enmarcada en la extensa programación que el centro de cultura contemporánea de la Diputación de Málaga, La Térmica, ha diseñado para la provincia de Málaga.
De esta forma, tras su paso por el propio centro de la institución provincial, Vélez-Málaga, Fuengirola y Rincón de la Victoria, aterrizó en la sala de exposiciones del Cortijo de Miraflores del municipio con el personaje cervantino Don Quijote como tema central de la muestra, que se podrá visitar hasta el 15 de septiembre.
Comisariada por Antonella Montinaro, directora de exposiciones de Gacma, la exposición posee una vocación absolutamente didáctica, con el fin de que llegue a todos los públicos, con especial interés en los escolares. De esta forma, se ha estructurado a través de bloques temáticos desarrollando incursiones en temas específicos relacionados con el artista y las técnicas básicas de su trabajo.
Esta metodología permite abordar de forma gradual y monográfica, la trayectoria del artista presentado sin perder de vista una perspectiva global histórico-crítica del contexto en el que la obra ha sido producida.
Salvador Dalí y Don Quijote
La exposición consta de 32 obras gráficas en las que las técnicas más comunes son agua fuerte, litografía y punta seca que datan de finales de los años 70 y principio de los 80, últimos años de vida del artista, de ahí su reflexión sobre el paso del tiempo y la muerte.
El personaje cervantino de Don Quijote representa el tema central de la exposición con una suite de grabados especialmente dedicada a este personaje histórico, pues ejerció una intensa fascinación sobre el artista y durante su extensa trayectoria Dalí lo recreó en innumerables ocasiones, en su aspecto externo y en sus rasgos espirituales y de carácter.
Además, en 2015 se celebró el cuarto centenario de la publicación de la segunda parte de ‘El Quijote’ y en 2016 se conmemora el cuarto centenario de la muerte de Miguel de Cervantes.
De hecho, existe un vínculo muy fuerte entre Don Quijote y Salvador Dalí: Don Quijote fue un personaje que vivía en un mundo en el que se mezclaban las fantasías con la realidad. Dalí fue, a su vez, un pintor de los sueños y de la realidad mediada por las fantasías, e hizo de sí mismo un original personaje, en el que se superpusieron realidad y ficción.
Incluso el amor ciego y total del uno por Dulcinea y del otro por Gala, crea un “parentesco espiritual” entre dos espíritus que encarnan aspiraciones y sueños del hombre en su choque con la realidad. En su parodia del caballero andante, Cervantes desarrolló un lenguaje surrealista, tal que Salvador Dalí encontró en la historia los ingredientes perfectos para ilustrar imágenes que conjugan el surrealismo con la iconografía.
La exposición
La exposición muestra diez grabados realizados en el año 1981 en los que Dalí, inspirado en el personaje literario, muestra su visión más personal siguiendo la trama de la obra mediante un relato gráfico.
La obra de Dalí está directamente relacionada con los principios del psicoanálisis de Sigmund Freud y también la sexualidad juega un papel muy importante para su interpretación. La serie ‘Les Amoreux’ representa toda una iconografía compositiva que se alimenta de los tres elementos representativos del “erotismo daliniano”: la apariencia asexual, la crueldad fría ausente de sentimiento y una cierta escatología.
La serie se centra en la reproducción de parejas famosas de la historia como Cleopatra y Marco Antonio o de la religión como Adán y Eva. Esta serie es un canto al amor como medio para alcanzar el éxito, una referencia más a la historia de Dalí y Gala.
Además del erotismo y del amor en la muestra se puede encontrar un espacio dedicado a uno de los temas centrales en la obra del pintor, especialmente el misticismo y religiosidad que se desarrollaron en la etapa más madura de la obra de Dalí o el surrealismo y el método paranoico-crítico.
Dalí mostró gran interés por los temas religiosos en una etapa ya avanzada de su producción artística. Un ejemplo de tal temática es el grabado a punta seca titulado ‘El jinete apocalíptico’ de 1974. Sin embargo, la alusión a la muerte es una temática constante, como otras muchas, en su obra.