La música se comercializa (casi) gratis

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Estas semanas pasadas el mundo de la música se ha visto envuelto en una serie de lanzamientos inesperados a través de plataformas novedosas. El más reciente ha sido Thom York que, en solitario, ha publicado su nuevo disco sin haberlo anunciado previamente (salvo con una pista de una foto en Instagram). El álbum, Tomorrow’s Modern Boxes, se vende en BitTorrent a un precio de 6 dólares y se puede descargar gratuitamente el adelanto.

U2 fue la sorpresa en la última conferencia de la empresa Apple. El gigante tecnológico y los irlandeses se unían en el mayor lanzamiento digital realizado hasta la fecha de un álbum. Songs of Innocence se descargó de forma automática y gratuita en los dispositivos de los 500 millones de clientes de iTunes sin el permiso de los éstos. De tal forma, la librería musical de cada usuario contenía el nuevo trabajo de los de Bono. Ante la avalancha de críticas sobre la falta de privacidad, Apple habilitó una página web donde se podría suprimir el álbum.

El anteriormente mencionado Thom Yorke ya había experimentado con su grupo, Radiohead, el mundo de las descargas gratuitas en Internet. En 2007 cuando publicaron In Rainbows en su página web con la diferencia de que cualquier usuario podía pagar por el álbum si así lo consideraba. Esta iniciativa generó al grupo inglés unos beneficios de 9 millones de dólares, ingresos muy superiores a los obtenidos con sus lanzamientos convencionales.

Otros artistas como Madonna o Prince optaron por diferentes alternativas a los modos de distribución convencionales. Ella regaló en los conciertos su disco M.D.N.A como respuesta a las críticas de los altos precios de las entradas. Prince, en cambio, decidió utilizar un periódico británico para regalar Planet Earth.

Alfonso Alfaro