La consejera de Igualdad y Políticas Sociales, María José Sánchez Rubio, ha presentado hoy el nuevo modelo de Plan Personalizado para Mujeres Víctimas de Violencia de Género, una guía dirigida a profesionales para sistematizar la intervención con las víctimas, y que incorpora como principal novedad la participación activa de la mujer durante todo el procedimiento, con el fin de adaptarlo a sus necesidades concretas, las de sus hijos e hijas, víctimas también de la violencia machista, así como de otras personas del entorno que puedan verse afectadas por la violencia sufrida.
De este modo, el nuevo plan protocolariza también la intervención con menores y con el entorno familiar, además de tener en cuenta las características concretas de la mujer (estado emocional, red de apoyo, nivel de dependencia, factores de vulnerabilidad como tener discapacidad o ser menor de edad,…) y situarla en el centro del proceso de recuperación. Además, el plan trabajará según el tipo de violencia sufrida, incluyendo por primera vez los casos de prostitución, trata de personas, acoso laboral y acoso o abuso sexual.
La iniciativa, que ha sido elaborada por la Dirección General de Violencia de Género en colaboración con el Instituto Andaluz de la Mujer (IAM), incluye recomendaciones a las personas profesionales para trabajar con cada víctima su plan personalizado. Según ha explicado la consejera, este nuevo protocolo garantizará “la implicación activa de la mujer en todo su proceso, rompiendo así con el modelo asistencial de paciente pasiva y fomentando la autoestima, el empoderamiento y la autogestión, claves en la recuperación de una vida normalizada y libre de violencia”.
El plan forma parte del Proyecto Integral Andaluz de Seguridad y Protección a Víctimas de Violencia de Género, una iniciativa del Mecanismo Financiero del Espacio Económico Europeo que acaba de finalizar, y que ha permitido desarrollar además un Protocolo Marco de Coordinación Institucional en Violencia de Género, así como coordinar las diferentes plataformas informáticas destinadas a la protección de la víctima.
Fases de actuación
La guía plantea una fase previa de escucha e identificación de los indicadores de violencia de género, seguida de una primera fase de intervención para la valoración conjunta, entre profesional y víctima, de las necesidades específicas de protección y atención para ella y las personas a su cargo, teniendo en cuenta algunos aspectos como sus capacidades, recursos personales, red de apoyo y otros; la naturaleza de los hechos (maltrato físico o psicológico, sexual, acoso,…); las personas afectadas; el posicionamiento de la víctima ante los hechos y las características del agresor.
En una segunda fase, el equipo profesional establecerá, con la participación de la mujer víctima de violencia de género, las mejoras concretas que precisan tanto ella como su entorno familiar, proponiendo pautas de actuación y plazos en el ámbito de la seguridad, de la atención, de la intervención con menores y con la red de apoyo y en los procedimientos judiciales o los trámites administrativos.
El plan contará con un seguimiento periódico para comprobar su eficacia y la mejora del proyecto vital de cada víctima, haciendo protagonista del cambio a la propia usuaria. “Se trata de un acompañamiento continuo para el empoderamiento y la recuperación activa de la víctima”, ha concluido la consejera.