El mercado laboral se ha visto fuertemente golpeado por la doble crisis sanitaria y económica, acabando con la tendencia de creación de empleo de los últimos años. El primer año del Covid-19 se saldó en España con casi 527.900 parados más que en 2019 y la tasa de desempleo se situó al cierre de 2020 en el 16,54% de la población activa. Y existe una franja de edad especialmente afectada: la de los mayores de 50 años, que representaban al cierre de 2020 más de un cuarto de la cifra total de parados (25,16%). El año pasado acabó con cerca de un millón de mayores de 50 años en situación de desempleo, en concreto 936.200 personas, 67.600 más que en 2019.
Tras un verano con escasas restricciones a la movilidad, en el tercer trimestre se apreció una relación directa entre el desempleo sénior y el aumento del paro, que castigó con dureza a los profesionales de entre 50 y a 54 años durante el primer, tercer y cuarto trimestre, y de entre 54 y 59 años en el segundo trimestre, coincidiendo con el confinamiento domiciliario.
Según Leopoldo Abadía, economista de referencia en el análisis económico de las crisis, “la pandemia ha consolidado una situación que ya era preocupante hace unos años. Los mayores de 50 son un tesoro para la sociedad y es necesario potenciar la empleabilidad en esas franjas de edad”.
La brecha de género perdura en el desempleo senior
Las mujeres mayores de 50 años están siendo las más vulnerables desde que empezó la pandemia. Ellas representan cerca de dos tercios de los parados en esta franja de edad y duplican la cifra de hombres: 40.100 mujeres frente a 19.700 hombres al cierre de 2020. Es decir, 6 de cada 10 de los nuevos parados mayores de 50 años son mujeres y tan sólo 4 de cada 10 son hombres.
De hecho, los datos apuntan a que el perfil del nuevo parado de más de 50 años es una mujer entre los 50 y los 54 años que perdió su trabajo entre junio y diciembre de 2020.
¿Qué aportan los seniors al mercado laboral?
Según Susana Julián y Teresa Bernabé, consultoras de Desarrollo y RR.HH. en Galaris Desarrollo, la negativa coyuntura económica sumada a la digitalización de las empresas “hace que nos encontremos con un mercado de trabajo que exige un examen de resiliencia y elevada capacidad de adaptación para las personas desempleadas; y ahí los mayores de 50 años, pese a lo que pudiera parecer, se encuentran en una posición de ventaja”. “Está demostrada su capacidad de adaptación tecnológica; su trayectoria profesional les ha facilitado relaciones que ahora pueden suponer un apoyo importante; cuentan con habilidades que les ayudan a hacer frente a los nuevos retos de las organizaciones como capacidad analítica, pensamiento crítico, adaptación al cambio, toma de decisiones y solución de problemas con perspectiva, serenidad y templanza; y sobre, todo, cuentan con una gran experiencia acumulada”, afirman desde la empresa. En definitiva, su experiencia, contactos y actitud convierten a los trabajadores seniors en los mejores aliados de las empresas para afrontar la post-pandemia.
En un contexto donde la esperanza de vida es cada vez más alta y la natalidad cada vez más baja, contar con el talento senior en las organizaciones será fundamental para la sostenibilidad de nuestro país. En esta línea lleva trabajando más de dos años Generación Savia, una iniciativa de Fundación Endesa en colaboración con Fundación máshumano, que busca mejorar la empleabilidad de los profesionales mayores de 50 años promoviendo iniciativas que provoquen un cambio de mentalidad en la sociedad. En palabras de Gloria Juste, directora de Proyectos de la Fundación Endesa, “desde Generación SAVIA ayudamos a los profesionales mayores de 50 años a enfrentarse a los nuevos retos que se encuentran tras salir del mercado laboral. Por ejemplo, hay que tener en cuenta el emprendimiento, que no es solo un plan B, sino que muchas veces es una primera opción y una de las más valiosas, porque hablamos de gente con un amplio recorrido que, a la hora de iniciar un proyecto, cuenta con muchas herramientas, experiencia y una gran capacidad de resiliencia”.