El Colegio de Médicos destapa el caso del falso cirujano plástico de Marbella

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El procedimiento penal que ha culminado con la sentencia condenatoria del falso médico cuyas iniciales son P.A. por intrusismo profesional se inició en el año 2008 a instancias del Colegio de Médicos de Málaga (Commálaga) cuando fueron detectadas posibles irregularidades en el título que presentó ante el Ministerio de Educación para la obtención de la credencial de homologación.
Para el Colegio de Médicos, P.A. ha venido practicando de forma ilícita y fraudulenta la Medicina, tras conseguir engañar al Ministerio de Educación falsificando el título de Medicina y el de Especialista en Cirugía Plástica. Ahora, ha sido condenado por el Juzgado de lo Penal nº 9 de Málaga como autor responsable de un delito de intrusismo profesional a un año y tres meses de prisión. El Colegio ejerció como Acusación Particular contra él. El Juzgado no ha podido condenarlo por falsedad documental ya que este delito está prescrito.
P.A. fue suspendido cautelarmente de todo ejercicio profesional como médico por la Junta Directiva del Colegio de Médicos de Málaga siguiendo Instrucciones de la Organización Médica Colegial. Dicha suspensión fue confirmada por el Juzgado de Instrucción nº 5 de Marbella en el año 2008.
Es una gran satisfacción para este Colegio frenar e impedir actuaciones de este tipo, siendo precisamente la persecución del intrusismo profesional uno de los fines primordiales que la Ley atribuye a los colegios profesionales, siempre en aras a velar por el buen ejercicio de la profesión médica y la seguridad de los pacientes.
Según la sentencia: “Ha resultado probado que P.A. se valió de documentación alterada para la obtención de la homologación de su título de Licenciado en Medicina y especialista en Cirugía Plástica, Reconstructiva y Estética”. Fue la obtención de esta homologación lo que posibilitó que se colegiara como médico así como tener acceso a los cursos de Doctorado en la Facultad de Medicina de la Universidad de Salamanca. De este modo se atribuyó públicamente una cualidad profesional que no tenía, siempre al amparo de la credencial de esos títulos, expedida por el Ministerio.