Desalojo de la Asociación de comerciantes del Casco Antiguo

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 El secretario general del PSOE de Marbella, José Bernal, quiere mostrar “la solidaridad del PSOE ante el injusto desalojo de la sede de la Asociación de Comerciantes y Profesionales del Casco Antiguo, ante quienes el Ayuntamiento ha desarrollado una actuación desproporcionada, en lo que consideramos una persecución política a este colectivo”.

Para Bernal “esta es una clara muestra de la actitud del equipo de gobierno del PP, que castiga a quienes no le aplauden, obviando la magnífica labor de promoción del Casco Antiguo que se ha llevado a cabo durante años desde la asociación. Parece ser que aquellos ciudadanos preocupados por reclamar lo que les pertenece y aquellos dedicados a trabajar por el bienestar de todos, tienen más que temer, puesto que la alcaldesa sólo desea gentes mansas que digan sí a todas sus ocurrencias. No admite la crítica ni la sana discusión, sólo acepta su opinión sobre todas”.

El secretario general abunda en que el desalojo es “claramente una vendetta, una represalia contra la asociación, cuando el equipo del PP debería estar agradecido, ya que el edificio histórico en el que hasta hoy se encontraba se  ha mantenido en buen estado gracias a los desvelos y esfuerzos de los comerciantes, ante el total abandono municipal. Ha sido hoy, precisamente después del desalojo, cuando han llegado los pintores del Ayuntamiento para empezar a trabajar”.

Bernal destaca la “absoluta incapacidad para el diálogo de este equipo de gobierno y de su alcaldesa, Ángeles Muñoz, quien no ha sabido llevar las relaciones con el Casco Antiguo, como no está sabiendo llevar los contactos con los trabajadores de RSU, poniendo en peligro el enorme respiro que el próximo puente vacacional puede suponer para los empresarios y trabajadores de la localidad”.

En definitiva, para el secretario general del PSOE “no sólo se vacía la oferta turística del Casto Antiguo, dejando fuera de juego una oficina que asesoraba y atendía a los turistas y visitantes, sino que se hace de una manera vergonzante, con un desalojo municipal, que no judicial, llevando los materiales de la asociación a un almacén y dejando a los trabajadores en la calle”.

La “imagen de Marbella queda una vez más por los suelos ante los medios de comunicación nacionales e internacionales, por el uso desproporcionado de la fuerza municipal” añade Bernal, quien manifiesta que “mientras tanto seguimos teniendo una ciudad sucia, insegura y cara debida a la subida de los impuestos municipales; pero, eso sí, la alcaldesa cree que ha conseguido acallar una de las voces críticas que día sí y día también la hacían despertar de su sueño de perfección tan alejado de la realidad actual de Marbella”.