EQUO Andalucía exige poner fin a las condiciones abusivas bajo las que trabajan las camareras de piso

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Tras las informaciones aparecidas acerca de las condiciones abusivas a las que se encuentran sometidas buena parte de las camareras de piso en nuestra comunidad, con denuncias sobre jornadas interminables y sueldos míseros, EQUO Andalucía exige a las administraciones públicas un mayor control sobre este tipo de actividades, y a los empresarios responsabilidad a la hora de contratar estos servicios.

Las prácticas denunciadas van desde emolumentos que no alcanzan los dos euros por habitación limpia hasta el trabajo fuera de las horas contratadas, sin derecho a descansos retribuidos y con jornadas que exceden lo declarado legalmente. Tras la denuncia de las propias afectadas, víctimas de un sistema que les obliga a aceptar estas condiciones si no quieren perder su puesto de trabajo, desde EQUO Andalucía han hecho hincapié en la necesidad de acabar con este tipo de prácticas que no hacen sino fomentar la desigualdad precarizando un sector eminentemente femenino.
“Son este tipo de situaciones las que tenemos que luchar día a día por erradicar”, señalan desde la formación, que apuesta por implementar políticas que impulsen un turismo de calidad en el que, además, se bonifique la contratación de mujeres en condiciones dignas. “No puede ser que desde la sociedad sigamos apostando por un modelo en el que los sectores ocupados mayoritariamente por mujeres sigan siendo los más precarios y en los que más frecuentemente se obvian los derechos laborales”.

Además, la coportavoz de EQUO Andalucía y diputada andaluza, Carmen Molina, ha criticado que “mientras siguen extendiéndose este tipo de prácticas, desde el Gobierno central nos quieren vender la recuperación económica”, recordando que esa recuperación de la que se habla a nivel macroeconómico para nada está redundando en los trabajadores y las trabajadoras que, lejos de recuperar los derechos perdidos desde el inicio de la crisis, se ven abocados a subsistir en un mercado laboral “en el que sólo se busca el beneficio de la multinacional, sin reparar en las condiciones ni las circunstancias en las que se desarrolla dicho trabajo”.
Por ello, desde la formación ecologista se reclama un mayor control de las condiciones laborales y la lucha contra la economía sumergida y el fraude en la contratación.