Frente a las declaraciones de principios generales, pretende introducir cláusulas concretas y verificables de transparencia: como la publicación de facturas o las consultas ciudadanas.
Si bien es una iniciativa que les parece adecuada y contra la que no se oponen, el grupo CSSP considera que no hay que considerar el Código de Buen Gobierno, presentado por el tripartito de Marbella, como la «panacea de la regeneración democrática”.
La razón la tienen muy clara en el seno del grupo apoyado por PODEMOS: «hay que pasar de las palabras a los hechos, de las declaraciones de intenciones a la realidad». Para CSSP el Código de Buen Gobierno adolece de dos cosas:
En primer lugar es muy general, establece grandes principios que pueden dar lugar a muchas interpretaciones a la hora de pasar a lo concreto.
En segundo lugar, carece de fuerza normativa vinculante, quedando en algo tan solo estético.
Por ello, los concejales de CSSP y miembros del Consejo Local de PODEMOS, Victoria Mendiola y Kata Núñez, han estado trabajando para tratar de introducir algunas mejoras en dicho código. Mejoras que estén basadas en la adopción de compromisos concretos, verificables en cuanto a su cumplimiento de cara al gran público y no principios generales sometidos a diversa interpretación a la hora de su ejecución. Y se trata de que en el código queden recogidas una serie de cuestiones que CSSP-PODEMOS viene solicitando hace tiempo:
Publicación de todas las facturas que genera el Ayuntamiento. CSSP cree que escándalos como facturas a empresas de familiares de los cargos públicos o facturas demasiado abultadas para el sentido común, no deben depender de la casualidad (o el interés) de que se filtren o no.
Declaración de las cuentas bancarias que poseen en países extranjeros los cargos públicos y las empresas y profesionales que contraten con el Ayuntamiento.
Compromiso de hacer al menos dos consultas ciudadanas vinculantes al año. CSSP cree que cuestiones que afectan a todos como el lugar de la feria de noche y de día deben ser consultadas.