El museo Carmen Thyssen de Málaga y salud mental del hospital regional desarrollan un proyecto conjunto dirigido a personas con enfermedad mental grave

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Un total de diez personas diagnosticadas de trastorno mental grave, en situación estable, participan en un proyecto que utiliza las obras de arte como herramienta terapéutica formando parte del proceso de rehabilitación psicosocial de su enfermedad.

Esta es la primera actividad que se realiza dentro del proyecto conjunto ‘Correspondencias’ llevado a cabo por el equipo de Enfermería de la Unidad de Gestión Clínica de Salud Mental del Hospital Regional de Málaga y el Área educativa del Museo Carmen Thyssen Málaga, que iniciada en el mes de octubre tiene previsto finalizar a mediados de enero.

De esta manera, a través de las obras de arte expuestas en la pinacoteca malagueña, el grupo de psico-educación – formado por dos educadoras del museo, una enfermera residente y un enfermero especialista en Salud Mental– interactúan con los pacientes por las salas del museo que se transforma en espacio de reflexión y creatividad.

La actividad se compone de doce sesiones, una semanal de dos horas de duración cada una, que se inicia con una puesta en común y análisis de tareas en el espacio educativo del museo. Más tarde se lleva a cabo la visita dialogada con distintas obras de arte, seleccionadas previamente por educadores y terapeutas, que estimulan la participación y el debate en el grupo, finalizando en el espacio educativo donde los participantes realizan dinámicas de grupo y sesiones de trabajo acordes con el tema elegido.

La idea de este proyecto educativo nace del enfermero especialista en Salud Mental del Hospital Regional, Francisco Durán y la enfermera residente Almudena de la Torre, y es recogida y desarrollada de forma conjunta por las educadoras del departamento educativo del museo Elisabeth Aparicio y Carmen Martínez.

En palabras de Durán, “el arte nos facilita ver las cosas, y el museo es un medio muy útil para que las personas podamos expresar ideas, sensaciones y emociones, en un espacio libre y fuera del entorno hospitalario”. Así, aspectos como el yo, el grupo, mi cuerpo, los demás, o el entorno, se trabajan de forma monográfica en cada sesión en el espacio del museo donde se estimula la integración de los miembros en el grupo, la confianza en las relaciones humanas y la socialización.

Para una de las educadoras del museo, Carmen Aparicio, “a través de estas actividades participativas queremos que el Museo sea un punto de partida para crear correspondencias entre nuestras experiencias diarias y el arte, siendo el museo un punto de encuentro para todos y todas”.

Por otro lado, cada participante va construyendo su libro de artista – soporte que se entrega el primer día de la actividad – donde incluyen los trabajos que van realizando en cada sesión y que van completando, semana tras semana, con las propuestas que trabajan en sus domicilios, y que exponen al grupo en el espacio educativo del museo al inicio de cada sesión.

El principal objetivo de los cuidados en salud mental es devolver al ciudadano a la comunidad con una vida normalizada, para que pueda seguir viviendo su vida de forma independiente, ya que los problemas de salud mental son verdaderas amenazas a las identidades de las personas, que las convierte en humanamente vulnerables.