Con el objetivo primordial de proporcionar alimentos a los que no tengan sustento económico suficiente y con la filosofía de “sacar la humanidad que todos tenemos dentro”, Amanecer en la Colonia quiere ayudar a los más necesitados de San Pedro Alcántara, sin menoscabo de hacerlo con cualquiera que lo necesite, “venga de donde venga”. La presidenta de esta asociación, María del Carmen Guerra, resume así la naturaleza de un colectivo formado por personas que en su mayor parte, han sido voluntarias de Cáritas durante los meses duros de la pandemia y conocen de primera mano la situación.
“Cáritas estuvo tan desbordada” entre marzo, abril y mayo, explica Guerra, que el párroco de la iglesia de San Pedro, Don Francisco Javier Sánchez-Cano “no tuvo más remedio que empezar a pedir más ayuda” para “disponer de alimentos que entregar” ante el aluvión de peticiones que estaban recibiendo. Añade a este respecto la presidenta de la asociación que “ojalá me equivoque, pero aunque la pandemia termine, el rastro que va a dejar es tan largo, que hará falta toda la colaboración posible”.
Amanecer en la Colonia pretende sumarse y mantener el “primer movimiento que da o ha dado Cáritas” ofreciendo una atención más amplia; desde llevar comida a domicilio, hasta ayudar a buscar trabajo, pasando por enseñar a los menos doctos con las tecnologías a tramitar cualquier documento on-line para pedir una ayuda.
El colectivo, cuya junta directiva completan María Francisca Barrientos como vicepresidenta, Juan Andrés Gómez como secretario, Agustín Vázquez como tesorero, y los vocales María del Carmen Sánchez, Alfonso Romero, Antonia Martín, Juan de Haro, Antonio Cortés y Miguel Ángel Mata, podrá además obtener ayudas del Ayuntamiento de Marbella, “algo a lo que no puede acceder Cáritas directamente, al depender del Obispado de Málaga”, concreta Guerra.
Junto a las posibles ayudas que pueda recibir, Amanecer en la Colonia se nutrirá de las cuotas anuales de sus socios “que serán cuantías totalmente asequibles”. Podrá formar parte de la asociación “todo aquel que quiera simplemente echar una mano, colaborando desinteresadamente” con los que lo necesiten. Incluso, añade Guerra, “la gente que venga a pedir ayuda puede sumar también su esfuerzo a las tareas de intendencia, etc., como voluntario” de la asociación.